Un día gris y blanco

Me asomo al enorme ventanal de mi salón a ver cómo está la calle. ¿Quién sabe si habrá nevado? Pero no, sólo llueve y parece que hace bastante frío. Los niños deberían estar tranquilos con este tiempo tan gris pero vienen alterados diciendo que está nevando. Al aparcar el coche hace mucho frío: 1ºC y pienso en la guardia de patio que me espera. No llovía y aún así ha sido muy complicado hacerles salir al patio o, como mínimo, que bajaran a la planta baja.

Un compañero de Dibujo me enseña unos trabajos de uno de los primeros de la ESO que tengo. Fuera, la nieve empieza a caer pero no consigue cuajar. Los profesores que vienen de lejos miran con cierta preocupación al horizonte. Uno de los trabajos es el original y el resto ha sido fotocopiado y han dibujado encima. En alguno de ellos con un rotulador de varios milímetros de grosor; un enmascaramiento muy grosero. Para alguien que entiende de dibujo no debe ser difícil advertirlo. Los errores del original se han clonado en el resto como si fueran genes recién mutados.

Mis tutorandos vienen gritando que hay nieve y me suplican que suba las persianas. Pero hoy no hay estímulos exteriores. Y eso que al final ha dejado de nevar pero hace bastante viento.Intento pasar lista pero algo le pasa al tamagotchi: me ha fusionado las listas de todos mis grupos. Incluso ha mezclado los nombres y aparecen cosas como: miriluis o saunderez; una mezcla de Míriam y Luis o de los apellidos Saunders y Pérez. Levanto la vista del café y miro las nubes. A mi alrededor hay tres profesores más que toman té en silencio. Sólo se oye unas escobas que son utilizadas por un par de alumnos que han tirado unos papeles al suelo. Castigo ejemplar.

3 comentarios:

Yolanda dijo...

Hoy hemos tenido un día frío y desagradable como pocos. A media mañana aún estábamos a bajo cero y el aire gélido de la sierra traía restos de nieve. Vigilar el patio, a pesar del engañoso sol, ha sido muy duro. Los niños no querían apenas jugar, sólo estar a cubierto. Encerrados en los pasillos no dan rienda suelta a su fogosidad. Algunos optan por los juegos de mesa disponibles o por tareas tranquilas, sobre todo las chicas. Para colmo, han venido las del programa THAO, que han pasado la mañana pesando y midiendo a cuantos lo han solicitado, más o menos dos tercios de los alumnos, por lo que las clases de la mañana se han ido al garete. Por la tarde, a eso de las cinco, una incipiente nevada amenazaba con volver a colapsar esta parte de Madrid. El viento cortaba como un cuchillo. Ah, un chocolate caliente al llegar a casa, qué bien... Si esta noche cae una helada como la de ayer habrá que madrugar un poco más para quitar el hielo del parabrisas. Estamos en enero, y se nota. Menos mal que el viernes no tenemos clase y un rato extra bajo las mantas nos sabrá a gloria.
Un abrazo, colega.

Garin P. dijo...

Cuando hace un tiempo horrible vigilar el patio se convierte en una tortura. Además si los alumnos remolonean por los pasillos queda todo hecho una pocilga.

Qué suerte que el viernes tengas un descanso. Yo tengo clase sin perdón. :)
Un abrazo Yolanda.

amelche dijo...

Habría jurado que ayer dejé aquí un comentario... No sé si son los duendes de internet o que estoy mayor...

Decía que, cuando hace mal tiempo, debería estar prohibida la guardia de patio. En fin, hoy ha salido ya el sol, a ver lo que dura... Un abrazo:

Ana

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