En un paso más de la progresiva privatización a la que todo el sistema público se está viendo sometido [1], [2] leo lo siguiente: El Gobierno estudia ligar el salario de los funcionarios a su productividad.
Pero esto, ¿qué es? ¿Cómo se va a medir la productividad de un doctor? ¿O la de un maestro? Lo público no está para ganar dinero, sino para garantizar una cobertura básica (educación, administración, sanidad, pensiones, (y antes transporte, energía,...),...). Habrá quien diga que hay mucho funcionario con la cara como el cemento, que desaparece horas para tomarse un café (y es que el 99,9% da mala fama al resto) pero el problema ahí radica en la inspección.
Me temo que la iniciativa prosperará. Si no en esta ocasión, en una futura, dentro de no mucho, pero que adoptará la forma de los actuales sexenios.
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