Nuevo curso

En el pasado acto de adjudicación pude volver a escoger el mismo centro del curso pasado. Ya le pondré un nombre cuando se me ocurra. Varios de mis antiguos compañeros también repiten. Se prevé un curso entretenido. Esta vez me ha tocado dar la compensatoria y además una tutoría de primero de la ESO. Me imagino que me dará para unos cuantos posts. También tengo un segundo de bachillerato de ciencias sociales. Justo los alumnos que tuve el curso pasado antes de que se desdoblara la clase de 34 alumnos.

No me apetece tener la reunión con los padres pero qué le vamos a hacer. También me da algo de intranquilidad el grupo de compensatoria porque aunque no es numeroso (o eso me han asegurado desde Dirección) son algo reacios a trabajar.

El 1 de septiembre a las 8 ya tengo el primer examen de recuperación. Poco después serán las evaluaciones.

En el principio fue el verbo

Comienzo una nueva etapa con este blog que seguirá tratando de lo mismo pero voy a dejar de narrar tanto lo que pasa en el aula y seguramente reflexione más. También se ampliará el espectro de temas a tratar. Bueno, ya veremos qué pinta va teniendo.

Este curso escolar tiene, según mi intuición, aspecto de ser más movidito que el anterior en cuanto al descontento docente. Es de sobra conocido los desmanes de nuestro ««benvolgut conseller»». No creo que me equivoque. Sólo con eso ya se puede llenar 1/4 de blog. He desconectado y estoy en plena acumulación de energía.

¿Qué es esto?

Esto que tienes delante es un blog de un profesor de secundaria. Desde que empecé en esto (lo de ser profesor) he estado escribiendo un blog: Blog de un interino o de Garin P. Pasé por el estado de interino (o de puto interino para algunas vacas sagradas apoltronadas en sus jefaturas de departamento), luego, tras varios intentos, conseguí aprobar, con plaza, unas oposiciones chanchulleras y llenas de manonegrismo. Después pasé sin pena ni gloria por la etapa de Funcionario en Prácticas.

Ahora, esperando a que me nombren Funcionario de Prisio Carrera, sigo en la brecha, intentando que los pequeños malditos sean mejores personas y que, de paso, aprendan algo útil para la vida, como los logaritmos neperianos.