A veces me sorprendo (sí, todavía) de cómo piensan algunos de los chavales de primero de la ESO. Este año, otra vez, me ocupo de dar el Taller de Matemáticas, que no es otra cosa que un repaso de cosas muy básicas a los alumnos que no se apañan con las cuentas.
Pues resulta que uno de los días había que dividir 24 entre 2; como sabéis, algo infinitamente complejo y difícil. Pues un alumno, ni nombre le pongo, dice:
—¡No se puede hacer! —a grito pelao, como suelen hacerlo. Yo no sé porqué tienen que elevar tanto el tono de voz si estoy casi al lado.
—¿Cómo que no?
—Como que no.
—Pero si acaba en 4, que es par.
—¿Y eso qué tiene que ver?
—Si un número acaba en una cifra par, es divisible entre 2.
—Pero es que no llega la tabla.
—¿La tabla? ¿Qué tabla?
—Pos la tabla del 2. Sólo llega hasta el 18, que es 9 por 2. Como mucho a 2 por 10, que es 20. Esto no se puede hacer.
—O sea, que 24 dividido entre 2 no se puede hacer.
—Claro que no. ¡Es imposible!
—Ajá. Pues como es imposible voy a hacerlo. Atento a la jugada —y le quito el lápiz y hago la división, paso a paso, en su hoja.
—Así no se hace.
—Ah, ¿no?, ¿y cómo?, eh, listillo.
—Pos no lo sé, pero así no.
«Que te den morcilla» tuve ganas de decir pero me contuve.
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2 comentarios:
Entonces 128 entre 2 tb se puede profe?? Ja,ja. Qué bueno!! Nos pasa de cada historia...
Fdo.: Una interina +.
Hoy tenías que verme con mis alumnos de 1º en Recuperación de lengua (que viene a ser lo mismo que tu Taller de mates) haciéndoles recitar todos juntitos, como si estuviésemos en el cole, las reglas de la acentuación porque les resultaba imposible señalar la sílaba tónica de las palabras...
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